ANORA

El director Sean Baker, conocido por abordar las complejidades de la sociedad en películas como Tangerine, The Florida Project y Red Rocket, regresa con Anora, una fascinante reinterpretación del cuento de Cenicienta ambientado en el mundo del lujo y las sombras de las relaciones de poder. Galardonada con la Palma de Oro en Cannes 2024, esta cinta es mucho más que una simple historia romántica; es una reflexión incisiva sobre el deseo, la identidad y los límites del poder económico. Posta que en el final quedas….en silencio y recalculando….

La protagonista, Anora «Ani» Mikheeva (interpretada con una intensidad magnética por Mikey Madison), es una stripper que se convierte en el objeto de deseo de Vanya Zajárov (Mark Eidelstein), el carismático y problemático hijo de un oligarca ruso. Lo que comienza como un tórrido romance de cuentos de hadas pronto se transforma en un retrato oscuro de los sacrificios y peligros que Ani enfrenta al navegar entre el amor, la dependencia económica y la búsqueda de su autonomía.

Quiero destacar también a Yura Borísov como Ígor, el torpe y entrañable secuaz ruso que alberga un amor platónico por Ani. Su presencia ofrece momentos de alivio cómico que contrastan con las tensiones de la trama, sin perder nunca de vista el trasfondo trágico de su personaje.

Aunque las comparaciones con Pretty Woman son inevitables, Anora se aleja de las concesiones románticas de los años 80 para ofrecer una versión más cruda y compleja de la relación entre el amor, el poder y el dinero. Baker explora las dinámicas de clase y género con su característico realismo, otorgando a la película una dimensión política que la eleva por encima de las narrativas tradicionales de cuentos de hadas modernos.

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