JAY KELLY

La nueva película de Noah Baumbach, Jay Kelly, llega envuelta en grandes expectativas y se convierte desde su estreno en Netflix en una de las propuestas más comentadas de la temporada. Si bien ya tuvo su estreno en cine, hay mucho publico que se ha volcado a plataformas para ver pelicuals. La historia sigue el viaje por Europa de Jay Kelly (George Clooney), una estrella que, junto a su fiel manager Ron (Adam Sandler), se ve obligada a enfrentar el resultado de sus decisiones, el peso de sus vínculos y el legado que dejará. Baumbach, con su sensibilidad habitual, combina humor, melancolía y crisis existenciales en un relato que utiliza la gira como metáfora del desgaste emocional de la fama.

El gran atractivo del film está, sin duda, en las actuaciones. Clooney ofrece una de sus interpretaciones más sólidas y vulnerables, lejos del estereotipo de galán clásico(aunque hay algunas tomas que destila facha….). Su Jay Kelly es un hombre quebrado, introspectivo, HUMANO que revisa su vida con cierta crudeza. La película incorpora incluso fragmentos de su filmografía real, un recurso que potencia el impacto emocional y que el propio actor confesó que lo conmocionó al verse confrontado con su pasado.

Por su parte, Sandler aporta una actuación contenida y profundamente humana. Lejos de la vanalida de Su Ron funciona como contrapeso y sostén, un manager que conoce a su estrella en su versión más auténtica y que aporta matices que enriquecen la historia. Es uno de esos trabajos dramáticos de Sandler que lo alejan del registro humorístico y lo ubican en un terreno donde se luce con gran naturalidad.

Si bien la película puede sentirse algo cargada en su estructura, con varios temas compitiendo por igual —crisis personal, vínculos, culpa, redención, carrera, fama y su costo—, esa amplitud también forma parte de su ambición narrativa. Baumbach intenta abarcar la complejidad de una vida pública que se desmorona desde adentro, y en ese intento ofrece escenas de gran sensibilidad.

La estética cuidada, la fotografía de Linus Sandgren y la música de Nicholas Britell acompañan con precisión una historia donde el brillo del éxito contrasta con el vacío de las decisiones no resueltas. Jay Kelly ya empezó a sonar en la conversación de premios, especialmente gracias al trabajo de Clooney y Sandler, que podrían terminar entre los nombres destacados de la temporada.

Un poco mas de dos horas para un film íntimo, elegante y emocionalmente honesto, que muestra a sus dos protagonistas en un momento interpretativo loable y que, sin estridencias, se posiciona como una de las propuestas más interesantes del año.

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