El documental sobre el caso María Soledad Morales de Lorena Muñoz, disponible en Netflix, ofrece una mirada profunda y renovada sobre uno de los crímenes más impactantes en la historia de Argentina. Recuerdo perfectamente lo que paso ya que yo tenia la misma edad que Maria Soledad. Sacudió al país a principios de los 90, fue uno de los primeros en ser etiquetado como un femicidio, y marcó un antes y un después en la forma en que se perciben y se tratan los crímenes de género en la sociedad argentina.
Lorena Muñoz, conocida por su trabajo en Gilda: No me arrepiento de este amor, demuestra una vez más su sensibilidad para narrar historias complejas desde un enfoque humano. En este documental, logra balancear el relato de los hechos con un homenaje a la memoria de María Soledad, mientras refleja el dolor y la lucha incansable de su familia, de sus compañeras de colegio, de la Madre Pelloni y de un pueblo callado que pedia justicia con mas fuerza a medida que pasaban los años. Muñoz teje una narrativa sólida a través de entrevistas, imágenes de archivo y testimonios claves que evocan la realidad de una época donde la impunidad y el poder político estaban fuertemente entrelazados.
Lo que hace que este documental sea notable es la perspectiva actual que se le da a los eventos. La directora no se limita a un recuento factual, sino que examina cómo este crimen resonó y sigue resonando en la sociedad argentina. Se ahonda en cómo el caso de María Soledad abrió los ojos del país al fenómeno de la violencia de género y el rol de los medios de comunicación , de la politca sucia y la Iglesia en amplificar el clamor popular por justicia.
A nivel técnico, el documental se sostiene con una cuidada edición que logra equilibrar el suspenso con el respeto por el tema. La fotografía, la música, sobria y evocadora, acompañan de manera acertada los momentos más duros, sin caer en sensacionalismos.
Sin embargo, si bien la narración es cautivadora y la dirección de Muñoz es precisa, algunos podrían considerar que el documental queda corto en explorar más a fondo las ramificaciones políticas que permitieron que este caso se volviera un símbolo de la corrupción estructural. La película logra ser un homenaje a la víctima y un reflejo de la movilización social que exigió justicia, pero deja preguntas sobre las responsabilidades políticas más amplias sin una profundización total.
María Soledad: el fin del silencio es un documental necesario y conmovedor. No solo es un recordatorio de un crimen que sacudió los cimientos de la justicia argentina, sino también una invitación a reflexionar sobre cómo, décadas después, seguimos enfrentando las mismas problemáticas.







