LA NOCHE SIN MI

“La noche sin mí”, ópera prima de María Laura Berch y Laura Chiabrando, es una de esas películas pequeñas y silenciosas que logran resonar mucho después de los títulos finales. Protagonizada por Natalia Oreiro, la historia se adentra en la intimidad de una mujer que, tras un hecho inesperado, experimenta una transformación profunda, casi imperceptible en lo externo pero decisiva en lo interno.

Berch y Chiabrando, con una sensibilidad notable, construyen un relato íntimo, sostenido por los gestos, los silencios y las miradas. No hay grandilocuencia ni explicaciones innecesarias: el film apuesta por una narrativa sutil, introspectiva, donde la cámara acompaña a su protagonista en ese tránsito emocional, entre el desconcierto y la aceptación.

Natalia Oreiro entrega una de sus mejores interpretaciones en cine sin duda. Alejada del histrionismo y de cualquier artificio, compone a Eva con una contención admirable. Su rostro,su mirada, su forma de habitar el silencio, transmiten el peso de una transformación que no necesita palabras. Es una actuación madura, introspectiva y profundamente humana.

El elenco que la acompaña —Pablo Cura, Matilde Creimer Chiabrando y Teo Inama Chiabrando— sostiene con naturalidad el tono de realismo emocional que propone el film. La dirección de Berch y Chiabrando se apoya en una mirada femenina lúcida, que observa lo doméstico y lo cotidiano, rutinario, como territorios donde lo extraordinario puede suceder sin estridencias.

“La noche sin mí” es una película íntima, delicada y profundamente sensorial, que se atreve a hablar del cambio, del dolor y de la resiliencia desde un lugar de quietud. Una obra que confirma el talento de sus realizadoras debutantes y que encuentra en Natalia Oreiro una intérprete en estado de gracia.

TRON:ARES

Casi medio siglo después de que el universo digital de Tron irrumpiera en las pantallas con su estética revolucionaria, Tron: Ares llega como la tercera entrega de una saga que se niega a quedar atrapada en el pasado. Dirigida y protagonizada por Jared Leto junto a Greta Lee, Evan Peters y Gillian Anderson— ofrece un viaje vibrante entre lo real y lo virtual, entre la emoción nostálgica y el vértigo tecnológico.

La película retoma la esencia del clásico de 1982 y de Tron: Legacy (2010), pero la reconfigura a la luz de los debates actuales sobre inteligencia artificial y humanidad. Ares, el protagonista, es un programa de IA que logra salir del mundo digital para tener contacto con los humanos, y en ese cruce se desatan interrogantes sobre la identidad, la conciencia y el poder de la creación. Sin embargo, aunque los temas son fascinantes, el guion de Jesse Wigutow se queda en la superficie: apenas roza la profundidad filosófica que promete y se pierde en la velocidad de su propio ritmo.

Lo que Tron: Ares no logra en sustancia, lo compensa con estilo. El diseño de producción es una auténtica joya visual: los entornos luminosos, los trajes relucientes, las motocicletas de luz y las icónicas naves Recognizer vuelven con un nivel de detalle que deslumbra. La fotografía de Jeff Cronenweth es impecable y encuentra un equilibrio entre el neón digital y una fisicalidad más tangible, gracias a la inclusión de efectos prácticos y escenarios reales que otorgan peso y textura a la acción.

Uno de los grandes aciertos de esta entrega es su banda sonora, firmada por Nine Inch Nails. El dúo Trent Reznor y Atticus Ross construye una experiencia sonora hipnótica que no solo acompaña sino que potencia cada secuencia.

El elenco cumple con lo que la propuesta exige. Jared Leto imprime a su Ares una mezcla de curiosidad y ambigüedad, mientras que Greta Lee aporta humanidad en medio del caos digital. Jeff Bridges, en un breve pero significativo regreso, es el guiño que toda saga necesita para reconciliar pasado y presente.

La película cae en algunos excesos. La acción es constante abruma y mucho, el ruido ensordece y el espectador apenas tiene tiempo de respirar o conectar emocionalmente con los personajes. Tron: Ares parece más interesada en impresionar que en conmover. Su dependencia del legado, los guiños a los fans y el “fan service” visual terminan por eclipsar una posible evolución narrativa.

Tron: Ares es una aventura espectacular y sensorial, una experiencia que vale la pena vivir en pantalla grande, donde el sonido y la luz adquieren su máxima potencia.

VENI AL TEATRO 2025

Durante todo octubre, el teatro vuelve a ser protagonista con una nueva edición de VENÍ AL TEATRO, la campaña que invita al público a vivir la magia de los escenarios con descuentos de hasta el 90% en los espectáculos más destacados de Buenos Aires.

Organizada por AADET (Asociación Argentina de Empresarios/as Teatrales y Musicales) junto a productores y salas asociadas, la iniciativa busca acercar al público a las salas, fomentar la experiencia del teatro en vivo y celebrar la riqueza de la cartelera porteña, una de las más variadas y vibrantes de la región.


Todos los martes de octubre (7, 14, 21 y 28), de 13 a 19 h, el punto de encuentro será Tickets Bs As, ubicado en Diagonal Norte y Cerrito, frente al Obelisco. Allí se podrán conseguir bonos de $2.000 para acceder a entradas con descuentos que van del 60% al 90%, válidas para funciones de esa misma semana.

Cada persona podrá retirar hasta 4 bonos presentando su DNI, que luego podrán canjearse en la boletería del espectáculo elegido. En total, se pondrán a disposición más de 10.000 entradas a precios irresistibles, con más de 80 títulos en cartel.


Desde grandes producciones y musicales consagrados, hasta propuestas independientes, el público podrá disfrutar de más de 20 espectáculos por menos de $10.000. Una manera accesible y emocionante de redescubrir el talento de artistas, directores y compañías que hacen del teatro argentino un orgullo cultural.

Esta edición de VENÍ AL TEATRO reafirma el compromiso de todo el sector con el acceso a la cultura y la cercanía con el público. Una experiencia que no solo ofrece entretenimiento, sino también la posibilidad de compartir emociones, historias y el incomparable ritual del teatro en vivo.

Seguí la campaña en en venialteatro.org.

QUERIDISIMO TRUMAN

“Queridísimo Truman” es un retrato íntimo, elegante y sensible de un personaje tan fascinante como controvertido. Gabriel Oliveri encarna —sin imitar, pero sí con profunda devoción— el espíritu de Truman Capote, ese escritor norteamericano que hizo del ingenio y la provocación su marca registrada.

La puesta, sobria y refinada, acierta al recrear el universo capotiano sin caer en excesos. Cada elemento del espacio escénico dialoga con la personalidad del autor de A sangre fría: hay sofisticación, ironía y una melancolía subyacente que envuelve la escena. El vestuario, de impecable diseño, contribuye a esa atmósfera de lujo y decadencia, con detalles que evocan tanto la elegancia de los años dorados de Nueva York como la excentricidad de su protagonista.

Gabriel Oliveri ofrece una interpretación cálida y cargada de matices. Su relato tiene, emoción y humor; se convierte en cronista y en testigo, en admirador y en espejo de Capote. Lo acompañan muy bien Sergio Grimblat y Cristóbal Barcesat, quienes aportan su talento vocal instrumental y actoral, y le ponen su impronta personal a cada personaje que interpretan. Juntos construyen un entramado escénico que fluye entre la biografía y la emoción, la música y la palabra.

La dirección musical y los arreglos se integran con sutileza, permitiendo que las canciones sean una prolongación del texto y no un mero acompañamiento. La iluminación y el diseño escenográfico completan una puesta visualmente atractiva, donde cada detalle refuerza el retrato de un artista que vivió entre el brillo y la soledad.

Una propuesta refinada, sensible y emotiva, ideal para quienes aman el teatro bien hecho y las historias que laten más allá del escenario.

Bella

NEXT TO NORMAL

“Next To Normal Immersive” llegó a Buenos Aires para desafiar los límites del teatro y lo hace con una fuerza arrolladora. En el CAI (Centro Audiovisual Inmersivo) en el barrio de Colegiales, el público ya no se sienta a mirar: vive la historia. La adaptación del clásico musical de Broadway —creada por Brian Yorkey y Tom Kitt y repensada por el argentino Pablo del Campo— propone una vivencia sensorial total, donde las emociones se amplifican entre proyecciones 360°, sonido envolvente y una cercanía física con los intérpretes que borra las fronteras entre ficción y realidad.

La obra mantiene el corazón de su relato: la familia Goodman y la lucha interna de Diana, una madre que batalla contra el dolor, los recuerdos y los tratamientos psiquiátricos que la alejan de sí misma. Pero aquí, el público literalmente se sumerge en su mente, en ese laberinto emocional que la tecnología y la dirección potencian hasta el extremo.

El elenco es, sin dudas, uno de los grandes atractivos. Volver a ver a Alice Ripley, ganadora del Tony por este mismo papel, y a J. Robert Spencer, nominado por su interpretación en Broadway, es un lujo absoluto. Ambos demuestran que el paso del tiempo no ha hecho más que afinar su talento: Ripley conmueve con una entrega visceral, y Spencer construye un contrapunto lleno de humanidad y vulnerabilidad.
A ellos se suma la participación virtual de Adam Pascal, el recordado protagonista de Rent, que desde una pantalla encarna al psiquiatra de Diana, un detalle que actualiza el discurso sobre la salud mental y le da un aire contemporáneo.

Pero lo que realmente emociona al público local es la participación de los tres jóvenes argentinos que completan el elenco: Ema Giménez Zapiola, Axel Munton y Valentín Zaninelli. Ema, en su primera experiencia profesional, deslumbra por su naturalidad y entrega; su voz y presencia escénica logran sostener el nivel de un elenco internacional. Munton y Zaninelli, por su parte, imprimen verdad y frescura a sus personajes, logrando una química perfecta con los protagonistas originales. La conexión que se genera entre todos es tan auténtica que parece que convivieran en escena desde hace años.

El resultado es una propuesta artística sólida, conmovedora y, sobre todo, innovadora. No se trata solo de ver teatro: se trata de sentirlo desde adentro, de vivirlo con todos los sentidos. Creo que es una excelente oportunidad para ver algo diferente, y para el fandom de este musical vayan si o si, he visto llantos varios y cantos varios tambien.

 Autores: Brian Yorkey y Tom Kitt.

 Idea y concepto: Pablo del Campo.

 Intérpretes: Alice Ripley, J. Robert Spencer, Ema Giménez Zapiola, Valentín Zaninelli, Axel Munton.

 Participación especial: Adam Pascal. 

Vestuario: La Polilla. 

Iluminación: Ariel Ponce.

 Sonido: Alejandro Zambrano, Gastón Briski. 

Visuales: Deslince.

 Dirección musical: Tomas Mayer Wolff.

 Dirección general: Simon Pittman. 

Dirección asociada: Mela Lenoir.

 Sala: Centro Audiovisual Inmersivo (CAI), Jorge Newbery 3039. Funciones: viernes y sábados a las 20 y 22; domingos a las 18 y 20. Duración: 60 minutos. 

TUS BUENAS CHAUCHAS

El próximo 28 de septiembre, en Espacio Callejón, se presenta por única vez “Tus buenas chauchas”, una obra escrita por Dalia Elnecavé bajo la direccion de David Masajnik, pone en escena a una mujer común y corriente atravesada por lo extraordinario de sus emociones: la soledad, el desamor y esa necesidad casi desesperada de ser vista y amada.

En escena, Victoria Arrabaça encarna a Olga, una mujer que cocina para olvidar y relata para perdonar. Su vida transcurre entre la soledad y la espera, marcada por un amor imposible hacia un actor televisivo, Omar, que se convierte en obsesión y motor de una fantasía interminable. La promesa de un encuentro que nunca llega la hunde en una espera perpetua, mientras la cocina funciona como refugio y como metáfora.

El texto de Elnecavé logra entrelazar lo cotidiano con lo poético: la cocina como metáfora de una vida en hervor constante, la arveja como símbolo de lo pequeño, lo invisible, lo que queda perdido entre muchas otras. El espectador empatiza con Olga en su vulnerabilidad, en ese sentirse “una más en la lata”, invisible pero con un deseo ardiente de destacar y de ser amada.

La actuación de Arrabaça es cercana, con bellos matices que logran que Olga se despliegue ante el público como alguien en quien es fácil reconocerse. La escenografía y el vestuario de Débora Teplitzki aportan simpleza y funcionalidad, dejando que la atención se concentre en la fuerza de la palabra y el cuerpo en escena.

En apenas 50 minutos, “Tus buenas chauchas” muestra la vulnerabilidad de Olga (que podes ser vos) y se transforma en espejo de tantas soledades y deseos no resueltos. Una obra pequeña en duración, pero enorme en sensibilidad.

LAS HIJAS

Con un teatro colmado de amigos, artistas, familia y prensa se estreno “Las Hijas” una de esas obras que nos recuerdan por qué el teatro puede ser tan conmovedor, tan cercano y tan necesario. La dramaturga Ariadna Asturzzi construye un texto afilado y sensible que se sumerge en un tema universal: el momento en que los hijos deben enfrentarse a la fragilidad de sus padres. La historia reúne a tres hermanas muy diferentes en torno a la enfermedad de su madre, una jueza prestigiosa que supo dominar siempre cada espacio de su vida, pero que ahora comienza a perder esa fuerza. En el reencuentro, entre risas, reproches y recuerdos cruzados, ellas descubren que cada una conoció a una madre distinta, y que el mayor desafío es aceptar que esa mujer ya no es la misma.

El trío protagónico es impecable. Julieta Díaz deslumbra con su naturalidad y potencia interpretativa como la hermana del medio ; Soledad Villamil aporta una elegancia y un manejo vocal que elevan cada línea de texto de la obra (la hermana mayor); y Pilar Gamboa brilla con frescura, magnetismo y un ritmo que enciende la escena (la menor). Juntas logran un ensamble actoral de altísimo nivel, donde los momentos corales son tan intensos como los monólogos individuales que arrancan aplausos y emoción.

El debut de Adrián Suar como director es una grata sorpresa: su puesta es ágil, dinámica, sabe jugar con el vértigo de la comedia y detenerse en los silencios cuando la emoción lo pide. Maneja el timing con precisión y consigue que el público transite sin respiro por un abanico de sentimientos.

El texto de Asturzzi equilibra con gran oficio el drama y el humor. No hay golpes bajos, sí verdad y humanidad en cada escena, con la capacidad de hacer reír y emocionar casi al mismo tiempo. Un plus lo aporta la escenografía de Mariana Tirantte, que crea un espacio realista y lleno de detalles para cada uno de los momentos, ideal para que los personajes se muevan y para que la acción respire con naturalidad.

Con producción de Adrián Suar y Preludio, “Las Hijas” es una propuesta sólida, emotiva y entretenida. Cumple su objetivo (tal vez le saco unos minutitos pero no hace mella)Es de esas obras que hacen reflexionar sobre el vínculo con los afectos, la memoria y la familia, pero sin perder la chispa de la comedia. Una experiencia teatral que no se olvida fácilmente.

Autora: Ariadna Asturzzi. 

Dirección: Adrián Suar. 

Intérpretes: Julieta Díaz, Soledad Villamil y Pilar Gamboa. 

Escenografía: Mariana Tirante.

 Vestuario: Sofía Di Nunzio.

 Iluminación: Matías Sendón.

 Sala: Maipo (Esmeralda 443). Funciones: jueves, a las 20; viernes, 20.30; sábados, a las 20 y 22 y domingos, 19.30 hs. Duración: 80 minutos.

BELEN

“Belén” es una de las películas argentinas esperadas del año, dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi y seleccionada para el Festival de San Sebastián. Basada en el libro Somos Belén de Ana Correa, narra la historia real de una joven tucumana que, tras sufrir un aborto espontáneo, fue acusada de homicidio y quedó atrapada en un sistema judicial conservador. La protagonista, Julieta (Belen es el nombre ficticio para los medios), interpretada por Camila Plaate, encuentra en la abogada Soledad Deza (encarnada por la propia Fonzi) una defensa tan arriesgada como determinante.

El guion, coescrito por Fonzi y Laura Paredes, pone en escena un caso emblemático que desató un movimiento global en defensa de los derechos reproductivos y se convierte en un retrato contundente de la injusticia, la sororidad y la resistencia. Acompañan en el elenco Julieta Cardinali, Sergio Prina, Laura Paredes, y las participaciones especiales de Luis Machín y César Troncoso, entre otros.

“Belén” no se queda en la denuncia; hace que el espectador sienta lo que significa ser juzgado sin pruebas, ser silenciado por instituciones y medios, ser objeto de prejuicios. La trama une lo legal, lo social, lo humano de modo potente

Con actuaciones intensas y una puesta sobria pero cargada de emoción, la película logra transmitir la crudeza del hecho sin perder de vista la dimensión humana de quienes lo atravesaron.

“Belén” interpela, conmueve y confirma a Fonzi como una directora con voz propia, capaz de unir cine y compromiso social en una obra imprescindible. Para pensar y reflexionar. Buena peli

MACBETH EN EL TEATRO AVENIDA

La tragedia shakesperiana más oscura y visceral volvió a los escenarios de la mano de Juventus Lyrica con una versión de Macbeth que potencia la intensidad dramática y musical de Verdi. Bajo la dirección escénica de Ana D’Anna y la dirección musical de André Dos Santos, la ópera conquistó al público con un clima envolvente y actuaciones de alto nivel que dieron vida a esta historia atravesada por la ambición, la culpa y el destino inevitable.

El relato sigue fielmente la trama de Shakespeare: Macbeth, general escocés, escucha junto a Banquo la profecía de las brujas que le anticipa un futuro de poder y realeza. Tentado por su esposa, Lady Macbeth, decide asesinar al rey Duncan y tomar la corona. A partir de allí, el reinado se convierte en un infierno marcado por la paranoia, la violencia y la caída inexorable de ambos.

El elenco brilló con interpretaciones convincentes: María Belén Rivarola como Lady Macbeth se lució con una presencia escénica arrolladora y un dominio vocal que transmitió tanto la ambición desbordada como la posterior locura. Juan Salvador Trupia, en el rol de Macbeth, logró un personaje complejo, atrapado entre la sed de poder y la culpa, con un fraseo dramático siempre sólido. Juan Font como Banquo y Ramiro Pérez en el papel de Macduff completaron con fuerza el núcleo trágico de la obra, mientras que Marcelo Gómez y Mario De Salvo aportaron matices a una puesta coral donde cada rol se integró con precisión.

La puesta de D’Anna destacó por su austeridad expresiva y un ritmo teatral que potenció la tensión psicológica de los personajes. La dirección de André Dos Santos, firme y sensible, sostuvo la orquesta con energía y refinamiento, logrando momentos de gran dramatismo.

Queda una última oportunidad para ver esta Macbeth en el Teatro Avenida: el sábado 20 de septiembre. Una propuesta intensa y cuidada, ideal para quienes quieran reencontrarse con el poder hipnótico de la ópera verdiana y el talento de Juventus Lyrica.

Nota: vayan , no le tengan miedo a la opera ah! y un dato, los precios son accesibles!

AL FIN Y AL CABO ES MI VIDA

“Al fin y al cabo es mi vida” es de esas obras que conmueven profundamente y que, al mismo tiempo, abren un debate necesario. Escrita por Brian Clark y dirigida con gran sensibilidad por Mariano Dossena, llega por primera vez a la Argentina para interpelar a cada espectador con una pregunta incómoda: ¿quién tiene realmente el derecho a decidir sobre la vida?

La historia gira en torno a Clara, una escultora interpretada magistralmente por Silvia Kutika, que tras un accidente automovilístico queda cuadripléjica. Kutika permanece inmóvil durante toda la función, y logra transmitir con la voz y mínimos movimientos de cabeza una verdad desgarradora, sosteniendo un desafío actoral INMENSO con enorme potencia y delicadeza. Su pedido de acceder a la eutanasia desata un conflicto ético, legal y humano en el que todos los personajes se ven involucrados.

El elenco acompaña con un nivel altísimo: Mirta Wons construye una abogada firme y empática, Fabio Aste encarna a un médico atravesado por dilemas éticos, Fernando Cuéllar aporta un costado sensible y cercano en su rol de segundo médico, mientras que Tania Marioni conmueve con la intensidad de la monja enfermera. Cada interpretación aporta un matiz, un color, que enriquece la trama y complejiza el debate.

La puesta de Dossena refuerza esa tensión constante entre la vida, la libertad y la dignidad, logrando un tono casi documental que coloca al espectador frente a sus propias convicciones.

No se trata solo de una experiencia teatral conmovedora, sino también de un disparador para la reflexión sobre un tema difícil y universal.Una propuesta intensa, valiente y profundamente humana que ningún amante del buen teatro debería dejar pasar. RECOMENDADA

Autor: Brian Clark. 

Intérpretes: Silvia Kutika, Fabio Aste, Mirta Wons, Fernando Cuéllar, Tania Marioni, Jorge Almada, Luis Porzio, Morena Pereyra. 

Vestuario: Fernando Cuéllar.

 Iluminación: Sebastián Serrán. 

Dirección: Mariano Dossena.

 Sala: Metropolitan, Corrientes 1343. Funciones: miércoles a las 19, 45. Duración: 90 minutos