LAS HIJAS

Con un teatro colmado de amigos, artistas, familia y prensa se estreno “Las Hijas” una de esas obras que nos recuerdan por qué el teatro puede ser tan conmovedor, tan cercano y tan necesario. La dramaturga Ariadna Asturzzi construye un texto afilado y sensible que se sumerge en un tema universal: el momento en que los hijos deben enfrentarse a la fragilidad de sus padres. La historia reúne a tres hermanas muy diferentes en torno a la enfermedad de su madre, una jueza prestigiosa que supo dominar siempre cada espacio de su vida, pero que ahora comienza a perder esa fuerza. En el reencuentro, entre risas, reproches y recuerdos cruzados, ellas descubren que cada una conoció a una madre distinta, y que el mayor desafío es aceptar que esa mujer ya no es la misma.

El trío protagónico es impecable. Julieta Díaz deslumbra con su naturalidad y potencia interpretativa como la hermana del medio ; Soledad Villamil aporta una elegancia y un manejo vocal que elevan cada línea de texto de la obra (la hermana mayor); y Pilar Gamboa brilla con frescura, magnetismo y un ritmo que enciende la escena (la menor). Juntas logran un ensamble actoral de altísimo nivel, donde los momentos corales son tan intensos como los monólogos individuales que arrancan aplausos y emoción.

El debut de Adrián Suar como director es una grata sorpresa: su puesta es ágil, dinámica, sabe jugar con el vértigo de la comedia y detenerse en los silencios cuando la emoción lo pide. Maneja el timing con precisión y consigue que el público transite sin respiro por un abanico de sentimientos.

El texto de Asturzzi equilibra con gran oficio el drama y el humor. No hay golpes bajos, sí verdad y humanidad en cada escena, con la capacidad de hacer reír y emocionar casi al mismo tiempo. Un plus lo aporta la escenografía de Mariana Tirantte, que crea un espacio realista y lleno de detalles para cada uno de los momentos, ideal para que los personajes se muevan y para que la acción respire con naturalidad.

Con producción de Adrián Suar y Preludio, “Las Hijas” es una propuesta sólida, emotiva y entretenida. Cumple su objetivo (tal vez le saco unos minutitos pero no hace mella)Es de esas obras que hacen reflexionar sobre el vínculo con los afectos, la memoria y la familia, pero sin perder la chispa de la comedia. Una experiencia teatral que no se olvida fácilmente.

Autora: Ariadna Asturzzi. 

Dirección: Adrián Suar. 

Intérpretes: Julieta Díaz, Soledad Villamil y Pilar Gamboa. 

Escenografía: Mariana Tirante.

 Vestuario: Sofía Di Nunzio.

 Iluminación: Matías Sendón.

 Sala: Maipo (Esmeralda 443). Funciones: jueves, a las 20; viernes, 20.30; sábados, a las 20 y 22 y domingos, 19.30 hs. Duración: 80 minutos.